domingo, 1 de marzo de 2015

Belicismo (Microrrelatos)

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ENEMIGO DESCONOCIDO

Parapetado tras el carmín de sus mejillas me sentí seguro para atravesar sus fronteras en un planificado ataque nocturno. Ambos ardimos y, tras varios intensos asedios, nos replegamos exhaustos. Al despertar, atascado en la curva de su cadera, no acerté a descubrir su nombre y se marchó ahogándolo todo en angustiosa melancolía.

GUERRA ABIERTA

Aquel brillo en sus ojos me espoleó a tratar de herirla. Mis palabras brotaban como cañonazos mientras me ofrecía una estoica defensa. De improviso, desde mi posición blindada, lancé una bomba sucia que derrumbó el muro de su mirada, se vertieron cataratas y me encontré enlodado hasta el cuello. Mientras contemplaba su retirada entré en pánico, mi servicio de inteligencia nunca había estado presente y ni siquiera me había dado cuenta.

RENDICIÓN

Perdí la batalla en cuanto disparó su mirada más tierna. Incluso preparado para su asalto no fui capaz de controlar mi díscola sonrisa mientras me rendía al bombardeo de sus besos. En el armisticio le prometí el cachorro, dejando incluso un frente abierto para un futuro felino.

COLATERAL

El rehén era fuerte, pero una y otra vez el enemigo solo me concedía el amargo fracaso. Finalmente se apagó agarrando mi mano y poco a poco su palidez me congeló el corazón. Me arranqué la mascarilla y salí velozmente soltando golpes al denso aire de aquel terrible lugar arenoso. Pronto mi vidriosa mirada se tropezó con el siguiente inocente, fortifiqué mi alma y regresé a la contienda.


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